Esta es la historia de una niña que quería ser escritora y poeta. Tenía un maestro en su padre, poeta y letrista de copla y de flamenco, que la llevaba a la radio y a los teatros donde se representaban las comedias musicales españolas de la época. Ella, entre bastidores, era partícipe de la música, la canción y el drama, presentes de continuo en su vida.
Más tarde, empezó a utilizar las palabras de otros para expresar sus emociones. Así, la Literatura le proporcionaba un caudal inacabable de historias y de sentimientos que descubrir en las aulas, de forma casi secreta, soterrada, a cada uno de sus alumnos. Sobre todo el teatro, una creación colectiva que alentaba el encuentro de todos los participantes consigo mismos y con los demás implicados. También las canciones, siempre de forma privada y en círculos pequeños, le permitían expresar los sentimientos que al interpretarlas afloraban.